¡ Qué paliza con las balizas !

Cuando mi madre estaba embarazada de mí ya ibamos a veranear a Santa Pola , un pueblecito al Sur de Alicante, en el Este de España. Inicialmente en Playa Lisa (al Oeste del puerto) y luego a Santa Pola del Este cuando urbanizaron aquello.

Siendo un madrileño de segunda generación, nunca supe lo que era "tener un pueblo" al que ir los fines de semana o en vacaciones, por lo que para mí, mis raices las asocié con Santa Pola aún siendo yo la primera generación de dichas raices.

Inocente de mí, no dejaba de contar a mis compañeros de 4º o 5º de EGB las bondades de mi sitio de veraneo hasta que me vi desbordado cuando en el Un, Dos Tres de Kiko y luego de Mayra empezaron a regalar apartamentos en Santa Pola, y aquello dejó de ser un lugar paradisiaco de playas familiares a un lugar masificado donde nadie conoce a nadie. (¡En qué momento se me ocurrió hacer publicidad de mi playa...!)

Era previsible que naciese alguna inclinación a los deportes de agua, en nuestro caso ocurrió con el Windsurfing.

Yo diría que sería entre los 15 y los 25 años que pasé esos 10 años bajando cada día de Julio los aparejos de la tabla a la playa y al final de la jornada de vuelta para arriba. Seguí la evolución natural de pasar primero por una tabla de paseo, luego por una de regatas y finalmente por una de saltos.

Nuestra playa, que por lo visto la llamaban la playa Danone porque por aquel entonces era una playa de deportistas y con aquellas edades y alimentación sin grasas hidrogenadas era natural ir luciendo la tableta de chocolate, se convirtió en un punto caliente (hot spot que dicen los ingleses) de concentración de tablas los días de levante mas allá de fuerza 4. Era un espectáculo multicolor de tablas y velas yendo y viniendo creando la expectativa de quien iba a dar el salto mayor. Los bañistas eran pocos en el agua ya que en días de ese viento el ambiente no invita al baño, pero si que les dábamos algo que mirar y admirar.

Vale que con el tiempo, la explosión de hormonas y energía propias de la juventud se merma y que la afición a sacar la tabla se iba perdiendo, no tanto por el hecho de navegar sino por lo que es recoger todos los bártulos y cargar con ellos de vuelta a casa.

Pero una cosa es dejarlo de forma voluntaria y otra es que te fuercen a ello.

Resulta que de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda balizar las playas con boyas amarillas a unos 200 metros de la playa. Quién tenga el PER (título de patrón de embarcaciones recreativas) o superior, sabrá que eso significa que estamos ante una playa de bañistas.

Cualquier patrón sabe que uno puede acercarse a una playa en cualquier punto si esta es libre o bien por el canal de acceso si es que ésta es de bañistas debidamente balizada. Es sabido que en una playa de bañistas queda prohibido el uso de cualquier artilugio flotante (piraguas, tablas, patinetes acuaticos de pedales, y lógicamente las embarcaciones como veleros, lanchas, motos nauticas,..., me entran dudas sobre las colchonetas pero eso si que sería ser tiquismiquis aunque artilugio flotante son).

Dichos canales de acceso deben ir debidamente señalizados con pequeñas boyas verdes a un lado y rojas en el otro, y la entrada y salida ha de hacerse de forma prudencial nunca por encima de los 3 nudos de velocidad.

A donde quiero ir a llegar es que desde el punto de vista del mar, uno puede llegar a la playa libremente con su embarcación si es que la playa es libre, o bien puede entrar o salir de ella por el canal que ha de exisitir al efecto si es que la playa está balizada para que los bañistas tengan una zona segura. Lo que no se contempla es poner vallas al mar. No puede ocurrir que exista una playa balizada que no tenga canal de acceso.

Pues esto mismo es lo que ocurre en una de las playas de Santa Pola del Este, las conocidas como Calas del Este. Están perfectamente balizadas con sus boyas amarillas señalizando que estamos ante una playa de bañistas, pero han olvidado habilitar un canal de acceso para poder salir y entrar con los pequeños artilugios flotantes como las piraguas y tablas de windsurfing que tanta tradición tienen en la sfamilias que por allí residen.

Las Calas del Este tienen entidad propia como playa y tienen su propio servicio de Cruz Roja, sus propias rampas para minusválidos, sus propias papeleras, sus propios lavapies, su propio chiringuito, y sin embargo no tiene su canal de acceso para artilugios flotantes.

Me gusta un canal de acceso que hay una playa mas allá, la del varadero, que han prohibido expresamente que se use por las motos acuaticas, y está mas bien para los patinetes que allí alquilan. Logicamente cuando cualquier embarcación tiene una avería es por ese canal por el que ha de circular.

Algo así es lo que me gustaría que pusiesen en mi playa (las Calas del Este) un canal de acceso que por defecto nazca prohibido para las motos nauticas ya que por un lado es un deporte contaminante que deja la playa con peste a combustible y por otra los aficionados que tenemos por allí tienen la fijación de salir justo a la hora de la siesta a ver quien hace mas ruido y despierta al personal.

Escribí al Ayuntamiento de Santa Pola para comentarles el caso. me respondieron amablemente en nombre del concejal de playas en el siguiente sentido:

• 
  
  Que los canales de acceso (entrada y salida) se ubican en cada playa según las instalaciones náuticas que se hayan establecido anualmente en el Plan de Explotación de Playas y aprobado por el Servicio Provincial de Costas.
• 
  
  Que en las Calas del Este es difícil aprobar la instalación de una actividad náutica debido a la configuración de las mismas y siempre pensando en la seguridad de los bañistas.

Y claramente lo están enfocando desde el punto de vista de tierra, y de la rentabilidad de poner un punto de alquiler de patinetes, etc. cosa claramente poco rentable en dichas playas.

Me pregunto si se está cometiendo una irregularidad con el reglamento marítimo, ya que por muy poco rentable que les sea, es obligatorio que si se baliza una playa se ponga un canal de acceso a ella.

Y de nada me vale que me digan que unas playas mas allá ya existe un canal de entrada. Seguro que sí, y ese es el modelo a seguir, pero no se entiende que a las familias que residimos allí nos priven de dicho canal y se nos llame la atención por parte de la cruz roja, policía municipal o guardia civil del mar si intentamos salir con la tabla por aquella playa donde tradicionalmente siempre salimos y que ahora nos han cercado y dejado sin entrada/salida.

Quisiera conocer vuestras opiniones por si entendeis que vale la pena insistir en este asunto.

Visítame en: http://santapoladeleste.blogspot.com/